Es verdad que personas diferentes reaccionarán de diferentes
maneras a la misma sugestión a causa de su creencia o
condicionamiento subconsciente. Por ejemplo, si usted va a un
marinero en el barco y le dice con compasión, “Mi estimado
compañero, se ve muy mal. ¿No está sintiendo náuseas? Me mira
como si se fuera a marear.”
Según su carácter él o se ríe de su “chiste,” o expresa una
irritación suave. Su sugestión cayó en oídos sordos en este caso
porque su sugerencia de mareo fue asociada en su mente con su
inmunidad a ella. Por consiguiente, eso no le provocó miedo ni
preocupación, sino que confianza en sí mismo.
El diccionario dice que una sugestión es el acto o instancia de
poner algo en la mente de alguien, proceso mental por el cual el
pensamiento o la idea propuesta es recreada, aceptada, o puesta en
efecto. Debe recordar que una sugestión no puede imponer algo en
la mente subconsciente contra la voluntad de la mente consciente.
En otras palabras, su mente consciente tiene la virtud de no aceptar
la sugestión dada. En caso del marinero, él no tenía miedo al mareo.
Él se había convencido a sí mismo de su inmunidad, y la sugestión
negativa no tuvo absolutamente nada de poder para evocar miedo.
La sugerencia de mareo al otro pasajero produjo como
respuesta su miedo implantado al mareo. Cada uno de nosotros tiene sus propios miedos interiores, sus creencias, sus opiniones, y estas
suposiciones internas rigen y gobiernan nuestras vidas. Una
sugestión no tiene poder dentro ni fuera de sí mismo excepto si
usted la acepta mentalmente. Esto causa que sus poderes
subconscientes fluyan en una forma limitada y restringida según la
naturaleza de la sugestión.
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